¿En qué momentos nos disponemos a buscar un salón de belleza? El número de estos centros o de peluquerías profesionales los tenemos a mano como el que guarda el teléfono de un cerrajero 24 horas o un albañil profesional, a mano y bien dispuesto pero para casos de emergencias.

Emergencias como una cena de gala, una comida ceremoniosa o la presentación en familia de tu pareja. Pero estos salones son mucho más que un lugar donde te realizan un peinado de gran complicación y el cual no encomendarías a cualquiera. ¿Por qué debemos tener en consideración un centro de peluquería profesional mucho más a menudo?

Qué te aporta a ti y a tu peinado una peluquería profesional

Un peluquero es un experto en estética y belleza, eso es indudable, pero también es ese “médico del cabello” que nos puede ayudar a sanearlo, a tratarlo y a darle un aspecto sano y vigoroso.

Por ello, no debemos hacer depender su visita sólo cuando necesitamos cambiar de aspecto o cuando nos crece el pelo y queremos cortarlo: cuando tenemos que sanearnos las puntas, cuando le notamos un tacto áspero y seco, cuando se nos cae más de la cuenta… son casos en los que una visita a nuestro centro de belleza de confianza puede dar con la solución que lo vitamine y que le devuelva el brillo que deseamos.

Por otra parte, es común que por practicidad o por miedo al cambio, nos hayamos habituado a un look que no siempre es el que más nos favorece. Una visita a un centro de estética debe servirnos para poder sacar provecho de los conocimientos que sus profesionales tienen sobre qué aspecto configurar para cada ocasión y que nos asesoren para dar con ese look que mejor nos favorece sin que por ello le tengamos que dedicar minutos y minutos diarios frente al espejo.

Por último, no debemos olvidar que la imagen que proyectamos no deja de ser un reflejo de nuestros sentimientos, de cómo nos expresamos. Por ello, la peluquería puede servirnos como “psicólogos” particulares si acudimos a ella como una sesión necesaria en la que nos inyecten una buena dosis de autoestima sintiéndonos bien por fuera como primer paso para sentirnos bien por dentro.

No todo reside en un buen peinado

Cómo moldeamos nuestro cabello y lo que nos aporta tal como acabamos de ver, es gran parte de los beneficios que podemos obtener de una visita al centro de belleza, pero no acaba ahí todo el provecho que le podemos sacar: la aplicación de un tratamiento, ya sea facial, en el cuero cabelludo, manos, etc., actúa como un momento de respiro, relajante, que sirve para la desconexión y librarnos del estrés que no sólo se acaba notando a nivel de nervios, sino también exteriormente con síntomas visibles de desgaste y cansancio.

Síntomas que ya sean estos concretos o cualquier otro que denote nuestros hábitos (ya sabéis lo que dicen… la cara es el espejo del alma) como pudiera ser cierta dejadez, despreocupación por el aspecto físico (no hablamos tampoco de obsesión por el mantenimiento o la belleza constante), afectan más de lo que podríamos pensar en situaciones como una entrevista de trabajo, en las que la proyección que demos no se mide sólo en palabras. Aquí, nuevamente, nuestro peluquero tiene mucho que aportarnos, adaptando nuestros hábitos, gustos o querencia por un aspecto en mayor o menor medida arreglado a nuestra imagen y aconsejándonos a este respecto.