Las Fallas de Valencia son una de las fiestas más emblemáticas de España y también, del mundo. Cada año, miles de personas se reúnen en las calles de Valencia para disfrutar de la música, la danza, la pirotecnia y, por supuesto, las impresionantes fallas. Esas fallas que emergen majestuosas y dejan a todos boquiabiertos.
Pero una parte fundamental de esta celebración es el traje regional que lucen valencianos y valencianas con honor. Y uno de sus complementos más importantes sin duda, es el aderezo para falleras que enseñan con orgullo.
Un elemento clave que ha pasado por varios momentos pero que hoy, sigue teniendo la misma base y esencia que antaño.
Peineta
Se trata de una peineta grande y elaborada que se coloca en el cabello. Por lo general, está adornada con encaje, perlas, flores y otros detalles decorativos. La peineta es un distintivo importante del atuendo de las falleras y varía en tamaño y diseño.
Antes, estaban diseñadas con elementos florales en su mayoría. Hoy ,las podemos encontrar con flores, encajes o incluso piedras preciosas.
Adornos de flores
Las flores son un elemento esencial en el atuendo de las falleras. Los ramos de flores se llevan en la mano, y las coronas de flores se colocan en la cabeza. Por lo general, se utilizan rosas o claveles, y estos adornos aportan color y frescura al conjunto.
Se trata de un elemento que con el pasar de los años sigue teniendo esa esencia de antaño. No hay fallera que no cuente con algún elemento que aluda a las flores.
Pendientes de chorro
Otro de los clásicos que no fallan y pasan de generación en generación. Los pendientes de chorro son llamados así debido a su forma, que recuerda a un «chorro» o «gota» de líquido, con un extremo más ancho en la parte superior y una forma más alargada hacia abajo.
Están hechos de materiales como oro o plata y pueden estar adornados con piedras preciosas, como esmeraldas, rubíes o zafiros, así como perlas y otros elementos decorativos.
Pendientes de lámpara
Otros tipos de pendientes siguen pisando fuerte desde hace siglos. Estos pendientes se asemejan a una pequeña lámpara o farol, con una forma que cuelga hacia abajo y que puede estar compuesta por múltiples elementos ornamentales.
Se trata de otro de los aderezos de fallera más comunes que se mantiene inerte al paso del tiempo.